Tallin – Vsevolod viajó cuatro días en auto desde Moscú hasta la frontera de Rusia con Georgia. En un punto tuvo que abandonar el automóvil y continuar a pie.
El martes, finalmente terminó su viaje de 1,100 millas y cruzó la frontera para evitar que lo llamaran a combatir en la guerra de Ucrania.
“Con 26 años, no quiero que me lleven a casa en un ataúd o manchar mis manos con la sangre de alguien por la guerra de una persona que quiere construir un imperio”, dijo a The Associated Press, pidiendo que no se mencionara su apellido por temor a las represalias de Rusia.
Es uno de los más de 194,000 ciudadanos rusos que han huido a Georgia, Kazajistán y Finlandia —la mayoría de las veces en coche, en bicicleta o a pie— en la semana que ha transcurrido desde que el presidente Vladimir Putin anunció una movilización parcial de reservistas.