El agua y las fuertes lluvias del huracán Fiona afectaron los negocios del área sur y oeste, pero nada los ha golpeado tanto como el no tener el servicio de energía eléctrica por más de una semana.
Así opinaron, en entrevistas separadas, los presidentes de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico (CCSPR) y de la Cámara de Comercio del Oeste (CCO), Salvador Rovira y Waleska Sánchez, respectivamente.
“La contestación es la misma: no tengo luz”, dijo Rovira que responden sus socios cuando la entidad los ha llamado para conocer cuál es el problema principal que enfrentan después del huracán. Explicó que muchos han reducido sustancialmente el horario de operaciones al estar operando con generador y escasear el diésel.
“El casco urbano de Ponce ha estado sin luz. Los hospitales tienen planta eléctrica, pero las torres médicas no y muchas cerraron. Y hasta Walmart en la (carretera) 14 tuvo que cerrar, aunque temporalmente, por no tener luz”, dijo Rovira, sobre el impacto de Fiona en los negocios de la región sur.
A la falta de electricidad, le siguen en orden de necesidades: la falta de agua y el que los empleados no están yendo a trabajar. “Los que tienen generador y cisterna tienen el problema de que el personal es de Villalba, Juana Díaz, y hay barrios de esos pueblos que están incomunicados”, manifestó Rovira.
Agregó que hay algunos empleados que han perdido sus casas, o no tienen con quien dejar a los hijos o ni siquiera pueden darse un baño para poder ir a trabajar.
La CCSPR está ayudando a sus 350 socios a llenar las solicitudes de ayuda gubernamental, debido a que muchos no cuentan con internet ni electricidad.
“¿Hace cuánto pasó (el huracán) María? Yo creo que todos estamos claros que nunca nos recuperamos… El sistema eléctrico está frágil y hasta que no tomen una acción agresiva en torno a la producción y transmisión, no se podrá hablar de una recuperación en Puerto Rico”, afirmó el líder de los camaristas del sur.
Por su parte, la presidenta de la CCO lamentó que el gobierno no esté actuando en el área oeste con la premura que la situación de emergencia amerita.
A nueve días del paso de Fiona, dijo que el pueblo de Cabo Rojo sigue a oscuras. “Los hoteles y paradores de la zona están operando con generadores”, y el parador Combate Beach en Cabo Rojo estuvo a punto de cerrar porque no conseguía diesel.