Uno de los riesgos, por ejemplo, pueden ser las enfermedades gastrointestinales y del hígado. Desde gastroenteritis, diarreas infecciosas y hepatitis A, hasta leptospirosis y reflujo gastroesofágico. De ahí la importancia de tomar medidas que ayuden a prevenir o evitar los posibles brotes de estas enfermedades.
De hecho, debido a la falta de electricidad, uno de los principales riesgos pueden estar relacionados con la contaminación de agua y alimentos. Por lo que, aunque el agua sea potable, se recomienda hervirla y dejar todo el contenido en ebullición (cuando está hirviendo) por varios minutos. Según los profesionales de la salud, asumiendo que se tenga donde hervirla, es lo más recomendable y sensato. Inclusive más que echarle gotas de cloro porque no todo el mundo tiene un gotero y se puede prestar a error. La otra opción es tomar agua embotellada.
